Emilio Nava captó la atención de los medios en el Abierto Juvenil Mexicano, no sólo por su nivel y potentes golpes, sino por ser un jugador de ascendencia mexicana que juega para los Estados Unidos, y que además es primo del mexicano estadounidense Ernesto Escobedo, quien tiene 21 años y se encuentra ubicado como número 120 ATP.
“Todo en la casa es tenis” La familia de Nava cuenta con gran tradición tenística. Su madre, Xóchitl Escobedo, representó al estandarte tricolor en los juegos olímpicos de 1988 y en su carrera profesional logró colocarse en el puesto no. 284 del mundo.
Con una madre tenista, los pequeños Eduardo (20 años) y Emilio Nava (15 años) heredaron el amor al deporte blanco. En un principio fueron entrenados por su madre y ahora buscan seguir los pasos de su primo Ernesto y convertirse en exitosos profesionales.
“Es muy padre que toda la familia sea de tenis, ahorita estoy viajando con mi hermano y él es mi entrenador”, asegura el menor de los Nava.
Maravillado por la herencia azteca Siendo esta la primera vez que Emilio visita la Ciudad de México, dijo quedar encantado “Me encantó la Ciudad de México. Mis papas jugaron y vivieron aquí”.
Nava entrena en Northridge, California, donde bajo la supervisión de sus padres ha conseguido potenciar su nivel este año y ya ha conseguido buenos resultados en el circuito juvenil. Entre éstos destacan: finalista en el ITF “Grado B2” Pan American, finalista de dobles en 2017 Canadian U18 World Ranking Event, Monterrey San Agustin ITF “Grado 4” y Corpus Christi ITF “Grado 4”; así como el título de dobles en el Davis Training Junior ITF “Grado 3”.
Seguirá la mentoría familiar A pesar de estar en un ambiente familiar donde se vive y se respira tenis, Emilio dice no sentir presión alguna, “Tengo un primo que es cien del mundo y quiero ser como él. No siento presión, sólo es divertirse dentro de la cancha y disfrutarlo”.
En cuanto a la relación que tiene con Escobedo dice ser bastante cercanos, hasta el punto de recibir consejos de su parte y entrenar con él. “Tenemos una relación muy cercana. He entrenado con él varias veces, por cuestiones de tiempo no muy seguido, pero cuando se da la oportunidad, jugamos”.